Cuando pensamos en decorar un espacio, muchas veces nos enfocamos en los muebles, colores y accesorios, pero dejamos de lado un aspecto crucial: la iluminación. Sin embargo, una elección correcta no solo transforma la apariencia de un ambiente, sino también su funcionalidad y la sensación que nos transmite.
Elegir el artefacto de iluminación adecuado no se trata sólo de diseño, sino de entender qué función necesitas que cumpla en cada espacio. En esta nota, te cuento cuáles son los tres tipos principales de iluminación y cómo utilizarlos para lograr ambientes prácticos y acogedores.
I Iluminación general: La base de todo ambiente
Es la iluminación principal, esa que reemplaza la luz natural cuando cae la noche o es insuficiente. Su objetivo es iluminar el espacio en su totalidad de manera uniforme.
¿Cómo elegirla?
- Opta por artefactos con un rango lumínico amplio: plafones, lámparas colgantes, rieles o luces empotradas son ideales.
- Asegúrate de que la potencia o cantidad de artefactos sean suficientes para cubrir el tamaño del ambiente.
- Considera el color de la luz: una luz blanca neutra (o luz de día) funciona bien para este tipo de iluminación porque no altera los colores del espacio.
Dónde utilizarla: Salas de estar, cocinas, comedores, dormitorios.
II Iluminación de tarea: Luz dónde más la necesitas
Este tipo de iluminación es esencial para áreas donde realizas actividades específicas: leer, estudiar, cocinar, comer o maquillarte.
¿Cómo elegirla?
- Focaliza en el área de trabajo: lámparas de escritorio, colgantes sobre mesas o luces debajo de las alacenas funcionan bien.
- El brillo debe ser suficiente para evitar sombras molestas y reducir la fatiga visual.
- Incorpora luces cálidas o neutras con potencia suficiente según la tarea: las cálidas relajan, mientras que las neutras mejoran la concentración.
Dónde utilizarla: Escritorios, mesadas de cocina, mesas de comedor, espejos de baño, tocadores.
III Iluminación decorativa: Detalles que enamoran
Si querés agregar personalidad o destacar un rincón especial, este tipo de iluminación es tu mejor aliada. Es perfecta para crear climas acogedores y resaltar detalles arquitectónicos, texturas o piezas decorativas.
¿Cómo elegirla?
- Utiliza luces cálidas y regulables para generar una atmósfera relajada.
- Apliques de pared, tiras LED o lámparas de pie o de mesa con diseño son ideales.
- No subestimes el poder de las sombras y contrastes para añadir profundidad al espacio.
Dónde utilizarla: Salas de estar, dormitorios, pasillos, hall de entrada, espacios exteriores.
La clave está en planificar. Una buena iluminación puede cambiar por completo cómo vivís cada espacio de tu casa. Por eso es fundamental que antes de elegir el diseño del artefacto, pienses primero en la función que necesita cumplir la luz en cada ambiente. Para crear espacios más funcionales y equilibrados, evitá el error de de usar un único tipo de iluminación y combiná los tres. No te olvides del consumo energético, opta por lámparas LED para ahorrar energía y cuidar el medio ambiente.
Elige con intención y asegurate de que cada rincón reciba la luz que merece.
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