Muchas veces al terminar el año o al comienzo de uno nuevo nos ponemos como objetivo ordenar la casa, para encarar el nuevo año más livianos y organizados. Sin embargo, la mayoría de las veces esto no queda en más que una buena intención o una sucesión de pequeños o grandes intentos frustrados.
¿Por qué sucede esto? ¿Creías que te pasaba solamente a vos? ¡No! Es muy común y sucede porque para ordenar es necesario tomar la decisión, hacer un plan y tomarlo como cualquier otro proyecto que tiene un comienzo y un fin, con un conjunto de tareas en el medio que necesitan ser alcanzadas para llegar a ese final que va a ser una casa ordenada, liviana y disfrutable.
Si hace mucho tiempo, generalmente años o meses, que se está conviviendo con el desorden es impensado que lo podamos resolver en una tarde o en un fin de semana. Y si a esto le sumamos las tareas diarias de trabajo, familia y las propias de la casa parecería imposible lograr ese “momento ideal” para poner en orden la casa.
Vivir más livianos y en una casa ordenada presenta un montón de ventajas desde lo práctico (se limpia más fácil y tenemos menos corridas y apurones por no encontrar las cosas) hasta lo emocional (en los hogares ordenados está comprobado que se vive con menos stress y con mayor armonía y bienestar).
Pero ¿Cómo hacer para lograr este orden que transforma tu casa en un hogar que represente un entorno armonioso para vos, en el que te sientas a gusto cada día? ¡Y que te permita mantenerlo fácilmente para que nunca se vuelva a descontrolar!
I) Empieza por definir claramente para qué quieres ordenar. Como te imaginas que se va a ver tu casa y como te imaginas que te vas a sentir en ella una vez que termines el proceso de orden.
II) Evalua el tiempo que vas a necesitar para llegar a tu objetivo. El tamaño de la casa, la cantidad de pertenencias y tu capacidad de decisión para elegir las cosas son condicionantes que van a determinar que necesites más o menos tiempo para alcanzar tu objetivo.
III) Evalúa si lo podés resolver por tu cuenta o si vas a necesitar ayuda. ¡Con sinceridad! No tiene nada de malo pedir ayuda, y hay profesionales que están capacitados para ayudarte.
IV) Establece prioridades. Si es realmente necesario e importante poner tu casa en orden y sentís que no tienes tiempo, puedes usar unos días de vacaciones para hacerlo o cambiar alguna actividad extra durante algunas semanas.
V) Establece claramente días y horarios para hacerlo. Como cualquier otro proyecto o actividad que emprendas ¡Este suele ser el desafío más grande!
Las trampas que hacen que empieces y no puedas terminar generalmente son: pretender hacer todo en un día o en un fin de semana de un tirón o, todo lo contrario, pretender hacerlo a cuenta gotas cuando hay un rato libre o cuando viene la inspiración.
Los entornos en los que vivimos o trabajamos tienen una influencia directa en nuestras sensaciones y en nuestros estados de ánimo; y viceversa, el modo en cómo nos sentimos impacta y se refleja en nuestro hogar. Nos demos cuenta o no, un entorno desordenado nos hace sentir más estresados y más distraídos.
Cuando el hogar, está ordenado y en armonía con la vida que queremos vivir; ayuda a que nos sintamos más felices. Por eso vale la pena emprender este camino para lograr el hogar ordenado y feliz que todos merecemos.
¿Decidida a iniciar el proceso de orden de tu hogar ? Con las guías descargables o las clases personalizadas online, podrás llevar adelante este proyecto y desde el primer día comenzar a disfrutar de los beneficios de un hogar ordenado. ¡Empezá hoy y notá la diferencia en cada rincón!